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Aromas, colores y sabores distinguen al Alto Valle rionegrino

El Valle de Río Negro propone al viajero un panorama colorido y deslumbra por su belleza natural. Es un corredor inmenso, con diversidad de lenguajes producto de la inmigración, conformando una unidad geográfica y turística.

Fecha: 15 de enero de 2014

Los turistas que provienen desde el norte del país, ingresando por el norte, desde Bahía Blanca y a través de la Ruta Nacional Nº22, recorriendo 164 Km, llegan a Río Colorado, portal de entrada a la provincia de Río Negro. Luego por la misma ruta y tras 140 Km arriban a Choel Choel para comenzar a transitar el gran valle del río Negro, rumbo a Cipolletti, pasando por un rosario de localidades, siempre a la vera de la misma ruta. 
La región de los valles medio y alto comenzó a poblarse de colonos con la llegada del ferrocarril en 1899 y su consolidación se produjo con la construcción del dique Ballester en 1928 que permitió asegurar el riego y el progreso a la región.
El Valle posee un gran flujo de gente de paso hacia la cordillera, una ventaja que tiene esta ruta turística. Al detenerse disfrutan las distintas expresiones que identifican culturalmente el lugar.
Hay varias propuestas para el turista de paso. Numerosas chacras ofrecen la posibilidad de participar de las labores culturales y degustar las frutas frescas o elaboradas en dulces tartas, la visita a galpones de empaque, fábricas de jugos y de sidra que conectan al visitante con el proceso industrial que existe alrededor de las peras y manzanas.
Con el desarrollo de la ruta productiva del valle, se pretende crear empleo, generar riqueza valorizando a través del turismo la oferta rural, los productos regionales y la identidad rionegrina. Entre alamedas, viñedos, frutales y canales de riego, el camino va enlazando las diferentes bodegas, que sumado a las chacras productoras, permiten de una manera atractiva reconocer el proceso productivo de la región. 
La zona del Alto Valle de Río Negro, cuenta con una historia vitivinícola que se inició hace más de un siglo. Hoy en Cipolletti, se puede vivenciar el origen mismo en la bodega museo La Falda, única en su tipo en nuestro país. El emprendimiento data de 1895 y fue obra del alemán Bernardo Herzig. 
Si tu destino es General Roca, hay un sitio de pioneros: La bodega y viñedos Canale un emblema en la región, que fundada en 1909 por el ingeniero Humberto Canale hoy continua su labor en manos de la cuarta generación de descendientes. La visita a las bodegas abre un mundo refinado de vinos y champagnes. Los viñedos de estas latitudes, los aromas y sabores. 
La región patagónica se encuentra actualmente en un momento inmejorable en la producción de vinos finos de alta calidad, producto que hoy concentra la demanda de los principales y más competitivos mercados vitivinícolas del mundo.
La manzana es uno de los símbolos de este valle y la ruta es una invitación a transitar el camino del asombro que permite descubrir la capacidad de los sentidos y tener un panorama del pasado. Una propuesta más de la diversidad de productos turísticos que tiene la provincia de Río Negro que recibe a los visitantes para disfrutar del aroma, sabor y color de los vinos patagónicos.
En esta geografía se delineo la ruta del vino, las peras y las manzanas que abarca gran parte del Alto Valle de Río Negro. Es un mundo de fertilidad, historias de colonización, y memorias de los antepasados. Sin embargo, la necesidad de complementar con otras actividades ha despertado la creatividad de muchos que se han animado a agregarle valor a sus recursos además de continuar con su uso tradicional.
El Alto Valle, una excelente opción para disfrutar de un placentero descanso. Flotadas en el río, pesca, navegación, caminatas safari fotográfico y muy buena gastronomía son algunas de las indicaciones que se deberá agendar antes de llegar al valle rionegrino.

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