Fueron cerca de cien montas en las categorías Clina y Basto con Encimera. Además hubo una piolada y una rueda de cuero tendido, con baile popular y asado campero.
Mauro Vila, uno de los competidores, comenzó a los 12 años a jinetear, y hoy participa de las fiestas gauchas cada vez que tiene oportunidad: “esto se arranca desde muy chico, se siente desde adentro. Es una pasión el gustarte los caballos, andar a caballo. Yo me di muchos golpes, tuve fracturas, pero siempre tratando de seguir, de volver sano a casa; además se conoce mucha gente buena en las jineteadas, y esto no se tiene que perder”, explicó.
José Marcelo, de General Conesa, también es un apasionado de las jineteadas: “me gusta mucho jinetear. Soy puestero y ando con los caballos todos los días. Esto es algo muy patrio; algo que nos dejaron nuestros abuelos, viene de herencia, y me gustaría que sigua así”.
La competencia, organizada por el Centro Tradicionalista El Corral, fue acompañada por el Ministerio de Desarrollo Humano y Articulación Solidaria.
El titular del área de Políticas Tradicionalistas del organismo, Alejandro Nahuelquin, se mostró satisfecho por el crecimiento del certamen: “estoy contento por la evolución de esta fiesta, que se ha posicionado dentro de Río Negro y fuera de ella, teniendo en cuenta que tenemos gente de La Pampa, Buenos Aires o Córdoba. La Provincia acompaña estas iniciativas en cuanto a la logística; la estructura del sonido, los servicios de salud, la promoción, etc.”.
“Trabajamos junto a las organizaciones en 22 fiestas tradicionalistas, además de organizar las ocho fechas del campeonato rionegrino de jineteada, rumbo a Jesús María”, finalizó el funcionario.