Evitar el contacto con el alérgeno es la mejor manera de prevenir la reacción y aunque no sea sencillo, existen consejos que pueden ayudar.
La alergia es una reacción desproporcionada del sistema inmunitario a una sustancia que es inofensiva para la mayoría de la gente. En una persona alérgica, las defensas del cuerpo tratan a la sustancia (alérgeno) como un invasor y reacciona de manera inapropiada, provocando síntomas que pueden ir desde molestias leves a problemas graves que ponen en peligro la salud de las personas.
Más de un 30% de la población sufre enfermedades alérgicas. Los agentes alergénicos pueden ser por ejemplo: ácaros del polvo, polen, picaduras de insectos, esporas de moho, ciertos medicamentos, pelos de animales o venenos de insectos, algunos alimentos, entre otros.
Los síntomas más comunes de las alergias son estornudos, irritación en los ojos, garganta y nariz, ronchas o erupciones en la piel e hinchazón, además de congestión nasal que puede causar dolores de cabeza y goteos. En algunos casos, pueden incluso derivar en ataques de asma.
Lo ideal es evitar el contacto con los alérgenos, y para eso se pueden adoptar medidas como: limpiar la casa frecuentemente, no permitir que los animales domésticos entren en los dormitorios, retirar las alfombras de las habitaciones de las personas que padecen alergia, no colgar cortinas gruesas y no tener objetos que tiendan a acumular polvo, evitar lugares húmedos, como los sótanos, y mantener limpios y secos el baño y otros lugares donde se forme moho.
También es importante ventilar las casas al atardecer cuando los niveles de polvo en suspensión estén más bajos. Realizar deportes al aire libre después de las 20. Mantener las ventanas del vehículo cerradas. Utilizar lentes de sol como barrera física, entre otras medidas. Ante cualquier duda consulte en el centro de salud u hospital más cercano.