Los controles se realizaron durante la madrugada del lunes, en primer lugar, el despliegue se concretó en una zona rural del corredor de la Ruta Nacional 23, donde el personal policial detuvo una camioneta Chevrolet durante un control de rutina. Allí, un hombre mayor de 50 años, reconoció que trasladaba cinco corderos ya faenados en el interior del vehículo.
La inspección confirmó la irregularidad: los animales carecían de cualquier tipo de habilitación o documentación sanitaria, una situación que representa un riesgo directo para la salud pública. Por este motivo, se labró el acta de infracción correspondiente según la normativa provincial vigente.
Horas más tarde, y en otro punto estratégico de la misma ruta, los efectivos volvieron a intervenir. Esta vez fue una camioneta Nissan conducida por un joven de poco menos de 30 años, oriundo de Bariloche, quien transportaba 10 corderos. Ante la consulta policial, el conductor admitió que los corderos provenían de faena clandestina, una práctica que suele crecer en fechas festivas debido al aumento del consumo y a la búsqueda de precios más bajos.
El procedimiento concluyó con el decomiso total de la carne, que no estaba en condiciones de ser comercializada.

Desde el Ministerio de Seguridad se remarcó que estos controles no solo apuntan a proteger la producción ganadera legal, sino también a cuidar a las familias rionegrinas, que muchas veces desconocen el origen de los productos que compran para las fiestas.
La carne faenada sin controles veterinarios puede transmitir enfermedades y generar consecuencias graves, especialmente en niños y adultos mayores.
Además, estos procedimientos reflejan un trabajo sostenido y silencioso de la Brigada Rural, que refuerza la presencia policial en caminos clave del interior provincial. En fechas donde el movimiento aumenta y la tentación del negocio ilegal crece, los controles se intensifican para cortar de raíz el tráfico de carne clandestina.
Finalmente, las autoridades destacaron la importancia de comprar productos en lugares habilitados y denunciaron que la faena ilegal no es un hecho menor: detrás de cada traslado clandestino hay un perjuicio económico, un riesgo sanitario y una cadena de irregularidades que el Estado busca desarticular con prevención y presencia territorial.