A partir de allí, los efectivos de la Brigada Motorizada de Apoyo (BMA) aplicaron el protocolo de actuación. Primero aseguraron el lugar y frenaron cualquier intento de fuga. Luego, mientras uno de los sospechosos quedó demorado por haber arrojado un paquete a la vereda, los otros dos fueron identificados para verificar su situación. La escena ocurrió al atardecer, en la esquina del shopping de la ciudad, lo que obligó a manejar la situación con firmeza pero sin interrumpir la circulación.
Acto seguido, y ya con el apoyo de personal especializado en Toxicomanía, se iniciaron las requisas. Durante la revisión del principal involucrado aparecieron doce envoltorios de cocaína, cuidadosamente fraccionados, además de cinco teléfonos celulares y una cantidad de dinero que llamó la atención por su distribución. Ese hallazgo reforzó la sospecha inicial: no se trataba de una persona que tenía droga en su poder para consumo personal, sino de un delivery narco.
Mientras tanto, los otros dos sujetos fueron trasladados de manera preventiva por una infracción contravencional, ya que habían participado del intercambio observado por los uniformados. Esa decisión permitió despejar la zona rápidamente y evitar cualquier complicación.
Finalmente, con todo incautado y documentado, se dio intervención a la autoridad judicial. El fiscal de turno ordenó avanzar con la causa por infracción a la ley de drogas y disponer la notificación formal del principal sospechoso. La Policía cumplió cada paso con precisión, dejando asentado el material secuestrado y garantizando que el procedimiento se realice con todos los resguardos legales.
La actuación dejó en claro el valor de las recorridas preventivas: gracias a una observación atenta y a una respuesta inmediata, se frenó una maniobra que buscaba instalar la venta de estupefacientes en una zona muy concurrida.