Estos dispositivos territoriales se desarrollan bajo la metodología PROCC, que promueve una intervención comunitaria participativa, basada en la reflexión grupal y orientada a reconocer y reparar el daño causado.
El abordaje de la prevención de la violencia por razones de género se realiza desde el paradigma de la justicia restaurativa, incorporando una mirada integral que busca transformar los vínculos y fomentar la responsabilidad individual y colectiva.
El trabajo fue llevado adelante por la Dupla Implementadora, integrada por Gisel Bustos y Javier Merillán, ambos miembros de la Red del Programa y del Instituto de Asistencia a Presos y Liberados (IAPL), quienes destacaron la importancia de conocer el territorio y las particularidades de cada contexto para fortalecer las estrategias de intervención.